domingo, 6 de febrero de 2011

Causa y Efecto

Es como el lirio cuando desciende en su lecho, 
no hay más llama que lo apague, que su propia luz.

Hechor del páramo de sus recuerdos,

fallece en el encuentro de la luna menguante,
y sin saberlo, 
queda despojado de la última lágrima que deshizo su canción.

Caminante de vías inventadas.


Muere la tarde en el llanto prolijo de su alegría.


Muero yo,

y camino en el silente suicidio del sol.